Page 6 - DEMODA Primavera-Verano 2024
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DEACTUAL IDAD
Es innegable que la industria de la moda se ha convertido en una de las más contaminantes del
planeta, y este es un hecho que no podemos pasar por alto. Desde la producción de textiles hasta el
proceso de confección y distribución, cada etapa de la cadena de suministro de la moda puede tener
un impacto significativo en el medioambiente. Un ejemplo alarmante es el tinte índigo utilizado en
la fabricación de jeans, que representa uno de los mayores contaminantes de nuestras fuentes de
agua. El proceso de teñido con índigo a menudo implica el uso de productos químicos nocivos que
se liberan en ríos y arroyos, afectando gravemente a los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad.
Además, la forma en que se han tratado históricamente los tejidos utilizados en la industria de la
moda también ha sido insostenible. Desde la explotación de recursos naturales hasta la falta de
consideración por las condiciones de trabajo éticas, la moda ha estado asociada con prácticas que
han tenido un alto costo para el medioambiente y las personas involucradas en su producción.
Es fundamental reconocer estos problemas y promover un cambio hacia una moda más sostenible. Esto implica no solo adoptar
prácticas de producción y fabricación más respetuosas con el entorno, sino también repensar la forma en que consumimos moda y
considerar alternativas como la moda ética y sostenible, el reciclaje de prendas y la reducción del consumo desmedido. La moda
sostenible no es únicamente una respuesta necesaria a los desafíos ambientales, sino también una oportunidad para replantearnos
nuestra relación con la moda y el impacto que tenemos en el mundo que nos rodea.
Teniendo en cuenta todos los aspectos negativos que acabamos de mencionar, considero necesario destacar la importancia de cambiar
el concepto de fast fashion por el de slow fashion en la industria de la moda. El fast fashion se ha caracterizado por producir prendas a
gran velocidad y a bajo costo, lo que ha llevado a un aumento en la producción y en el consumo excesivo, trayendo como
consecuencias negativas un gran impacto en el medio ambiente y en los derechos laborales. Sin embargo, la segunda opción aboga por
un enfoque más consciente y sostenible de la moda. Este busca producir prendas de mayor calidad, con materiales que respeten el
medio ambiente y producidos en condiciones de trabajo éticas. Además, promueve un consumo más reflexivo y duradero, en lugar de
seguir la tendencia de usar y desechar. Personalmente, considero sumamente alentador ver cómo cada vez más empresas textiles están
adoptando este enfoque sostenible, cómo están cambiando sus procesos de fabricación, utilizando materiales reciclados o de origen
sostenible y buscando maneras de reducir su impacto ambiental en toda la cadena de producción
En pocas palabras, este cambio hacia el slow fashion es esencial para abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrenta la
industria de la moda, por no mencionar que nos brinda a los consumidores la oportunidad de tomar decisiones más conscientes y
responsables a la hora de elegir qué prendas comprar y cómo apoyar a las empresas que están comprometidas con la sostenibilidad.
¡El slow fashion no solo es una tendencia, sino también un movimiento necesario para un futuro más sostenible en la moda!
06 07