Page 7 - DEMODA Primavera-Verano 2024
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DEACTUAL IDAD












 Es  innegable  que  la  industria  de  la  moda  se  ha  convertido  en  una  de  las  más  contaminantes  del

 planeta, y este es un hecho que no podemos pasar por alto. Desde la producción de textiles hasta el

 proceso de confección y distribución, cada etapa de la cadena de suministro de la moda puede tener

 un impacto significativo en el medioambiente. Un ejemplo alarmante es el tinte índigo utilizado en

 la  fabricación  de  jeans,  que  representa  uno  de  los  mayores  contaminantes  de  nuestras  fuentes  de

 agua. El proceso de teñido con índigo a menudo implica el uso de productos químicos nocivos que

 se liberan en ríos y arroyos, afectando gravemente a los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad.

 Además, la forma en que se han tratado históricamente los tejidos utilizados en la industria de la

 moda  también  ha  sido  insostenible.  Desde  la  explotación  de  recursos  naturales  hasta  la  falta  de

 consideración por las condiciones de trabajo éticas, la moda ha estado asociada con prácticas que

 han tenido un alto costo para el medioambiente y las personas involucradas en su producción.












 Es  fundamental  reconocer  estos  problemas  y  promover  un  cambio  hacia  una  moda  más  sostenible.  Esto  implica  no  solo  adoptar

 prácticas de producción y fabricación más respetuosas con el entorno, sino también repensar la forma en que consumimos moda y

 considerar  alternativas  como  la  moda  ética  y  sostenible,  el  reciclaje  de  prendas  y  la  reducción  del  consumo  desmedido.  La  moda

 sostenible  no  es  únicamente  una  respuesta  necesaria  a  los  desafíos  ambientales,  sino  también  una  oportunidad  para  replantearnos

 nuestra relación con la moda y el impacto que tenemos en el mundo que nos rodea.




 Teniendo en cuenta todos los aspectos negativos que acabamos de mencionar, considero necesario destacar la importancia de cambiar

 el concepto de fast fashion por el de slow fashion en la industria de la moda. El fast fashion se ha caracterizado por producir prendas a

 gran  velocidad  y  a  bajo  costo,  lo  que  ha  llevado  a  un  aumento  en  la  producción  y  en  el  consumo  excesivo,  trayendo  como

 consecuencias negativas un gran impacto en el medio ambiente y en los derechos laborales. Sin embargo, la segunda opción aboga por

 un enfoque más consciente y sostenible de la moda. Este busca producir prendas de mayor calidad, con materiales que respeten el

 medio ambiente y producidos en condiciones de trabajo éticas. Además, promueve un consumo más reflexivo y duradero, en lugar de

 seguir la tendencia de usar y desechar. Personalmente, considero sumamente alentador ver cómo cada vez más empresas textiles están

 adoptando este enfoque sostenible, cómo están cambiando sus procesos de fabricación, utilizando materiales reciclados o de origen

 sostenible y buscando maneras de reducir su impacto ambiental en toda la cadena de producción




 En  pocas  palabras,  este  cambio  hacia  el  slow  fashion  es  esencial  para  abordar  los  desafíos  ambientales  y  sociales  que  enfrenta  la

 industria de la moda, por no mencionar que nos brinda a los consumidores la oportunidad de tomar decisiones más conscientes y

 responsables a la hora de elegir qué prendas comprar y cómo apoyar a las empresas que están comprometidas con la sostenibilidad.




 ¡El slow fashion no solo es una tendencia, sino también un movimiento necesario para un futuro más sostenible en la moda!





















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